El texto argumentativo es aquel que sirve para convencer al lector de una idea subjetiva. Si quieres expresar tu postura sobre un tema, la redacción debe ser persuasiva, y el tono, elocuente. Todo ello, con el objetivo de convencer. ¿Quieres saber cómo conseguirlo? En TusRedactores.com te damos todas las claves que necesitas para crear tu texto argumentativo.
Fundamentos de un texto argumentativo
La base
Las argumentaciones están presentes, prácticamente, en todos los ámbitos. En primer lugar, tendrás que definir alrededor de qué tema girará la tuya. También ten presente cuanto antes tu base, ya que será el epicentro del escrito, tu visión sobre el tema a tratar. A partir de esta base, pasarás a construir el razonamiento que justificará tu postura.
La estructura
Para la redacción de un texto argumentativo es necesario tener clara la estructura habitual que suelen seguir. No siempre es así, pero por lo general, cuentan con un título y tres partes diferenciadas:
- Tesis inicial: Sirve para plantear la idea que se va a defender. Su función es poner en contexto al lector, y contiene el tema, la problemática y la respuesta subjetiva que aportarás a dicha problemática.
- Desarrollo de argumentos: Suele ser la parte más compleja del texto argumentativo, y la que más trabajo requiere, ya que contiene los argumentos con los que se pretende convencer al lector. Para que brille es recomendable que te documentes todo lo posible. También es buena idea utilizar algunas de las técnicas y trucos que te sugerimos más adelante.
- Conclusión: Es la síntesis, que viene a resumir la idea que hemos defendido a lo largo del texto, más desarrollada gracias a las justificaciones expuestas. Cuentas con la posibilidad de agregar algún nuevo razonamiento en este punto, pero ha de ser breve y contribuir a la sintetización del conjunto.
Cada uno de estos puntos suele ocupar un párrafo más o menos extenso. Si es tu primera vez escribiendo este tipo de contenidos, te aconsejamos que te ciñas a la estructura conclusiva estándar, siguiendo el orden que aquí recomendamos. No obstante, has de saber que la disposición de las partes puede variar. En los textos inductivos, la argumentación se sitúa al principio, y la tesis, al final. Si escoges esta estructura, recuerda dejar bien claros el tema y el contexto para que el lector esté siempre ubicado.
Tampoco es obligatorio que tu texto argumentativo cuente con las tres partes. Lo que sí debes tener en cuenta es que la opinión que se expresa ha de quedar muy clara desde el principio, y contar con los fundamentos suficientes para sostenerla ante el lector.
Si tienes dudas, puedes contactar a TusRedactores.com para que te ayudemos a elaborar la estructura más adecuada a las necesidades de tu argumentación.
Otras posibilidades para tu texto argumentativo
Variantes estructurales
Este tipo de redacciones te dan la oportunidad de presentar variantes, por ejemplo, en las voces utilizadas. Puedes valerte de una estructura monologada, en la que una sola voz se encarga de exponer todo el contenido, o decantarse por una estructura dialogada, en la que tanto la tesis como las justificaciones se sirven de réplicas que se suceden, a modo de debate.
Posibilidades argumentales
También hay variantes en cuanto a los argumentos, que pueden ser de muchos tipos diferentes:
- Racionales: Parten de creencias aceptadas por la sociedad, pero por su naturaleza, no siempre es posible probar su veracidad.
- De hecho: Es un hecho objetivo, que se puede demostrar, y que por tanto, nadie pondrá en duda.
- De analogía y generalización: Se plantean dos o más conceptos o entes semejantes, y una vez expuesta esta semejanza, se deduce que lo que vale para uno, valdrá para los demás. En este tipo de argumentos debes tener cuidado y establecer relaciones con fundamento, para no caer en falacias.
- De causa: Se muestra la conexión causa-efecto para apoyar la tesis.
- De ejemplificación: Al poner un ejemplo válido, aportamos un argumento sólido.
- De autoridad: Se valen del prestigio de alguien, por lo general, un experto en el tema a tratar.
- Emotivos: Son argumentos que remueven un sentimiento. Pueden ir de extremos como el desagrado o la diversión, el miedo, la nostalgia, la angustia… Las posibilidades son casi infinitas, lo importante es impactar en las emociones del lector.
Consejos para que tu texto argumentativo brille
Utiliza técnicas retóricas
Algunas de estas técnicas se utilizan en oratoria y en literatura. Todas ellas son de utilidad a la hora de redactar argumentaciones.
- Pregunta: Formula una, y despertarás el interés del lector, ya que querrá descubrir la respuesta (o, si ya la conoce, necesitará verificar que está en lo cierto).
- Define: Si explicas algo dejas claros tus conocimientos, y das mayor validez a tus argumentos sobre la temática.
- Analogía: Si lo que estás explicando es muy complejo y de difícil comprensión, puede ser útil poner un ejemplo comparativo para acercar la idea al lector medio.
- Ejemplo: Similar a la analogía, ya que también es efectivo a la hora de crear cercanía con el lector. Al poner ejemplos se refuerza la comprensión del argumento, y la validez de la tesis. Procura usar elementos con los que la audiencia esté familiarizada.
- Cita: Antes te hablábamos del argumento de autoridad; las citas guardan mucha relación con este, ya que se trata de utilizar las palabras de algún experto u otra persona con autoridad en la materia, de forma que éstas apoyen tu tesis.
- Enumeración: Si dispones de distintos argumentos de forma seguida, como una lista, se intensifica su fuerza y su poder de convicción.
Recomendaciones finales
- Realiza esquemas antes de escribir el texto definitivo. Te ayudará a organizar los contenidos y a comprobar su coherencia.
- Recuerda citar las fuentes y bibliografía consultadas. Sobre todo, no olvides dar mencionar a los autores de las citas que utilices en el texto argumentativo.
- Es fundamental que te pongas en el lugar de tu potencial lector durante el proceso de escritura. Así sabrás si tus argumentos podrán convencerlo, y tal vez te surjan nuevas ideas para elaborar los razonamientos.
- Cuando tengas listo el primer borrador, léelo y realiza cambios. Es aconsejable que reescribas varias veces el texto, ya que siempre puede contener errores de contenido o de gramática.
- También es buena idea que se lo leas a alguien para detectar flaquezas, ya sea una persona de tu entorno, o un profesional.
En TusRedactores.com contamos con correctores expertos que te pueden ayudar en esta fase de tu texto argumentativo.